Desde las plantas de hospitalización o de estancia intermedia uno de los indicadores de alta precoz es el soporte social que tiene la persona. Este mismo indicador es predictor en la atención primaria de salud del riesgo de institucionalización prematura en un centro residencial. Este soporte social es conocido como el constructo Apoyo Social.
De hecho el apoyo social se ha investigado desde múltiples disciplinas: la sociología, la antropología, la psicología, etc. Y los resultados de dichas investigaciones “va a depender de la conceptualización y operativización que cada investigador haga del constructo del apoyo social” (Estrella Durá, 1991).
En esta entrada intentaré concretar algunas dimensiones del apoyo social y su relación con la salud, y posteriormente describiré la escala Oslo 3 como herramienta para medir el apoyo social.
Cuando hablamos de apoyo social todos imaginamos intuitivamente a lo que nos referimos, pero si repasamos las distintas definiciones que existen podemos ver como hay diferentes componentes que lo constituyen (Bilbao, 2006):
- El número y la potencia de las relaciones de una persona con las otras personas significativas para ella.
- La calidad de dichas relaciones
- La percepción de que hay en quien confiar y a quien pedir apoyo en situaciones problemáticas.
- Y la existencia real y concreta del apoyo.
Pérez Bilbao también describe 4 tipos de apoyo social: emocional, instrumental, informativo y evaluativo. Estas diferentes formas de apoyo responden a las diferentes necesidades de la persona:
- La necesidad de cuidado, amor, confianza y empatía la cubre el apoyo emocional.
- La necesidad de ayuda en las actividades de la vida diaria la cubre el apoyo instrumental.
- La necesidad de información para afrontar situaciones problemáticas las cubre el apoyo informativo.
- La necesidad de autovaloración la cubre el apoyo evaluativo.
Hay que tener en cuenta que el hecho que el apoyo sea o no notable dependerá de la relevancia de la fuente de apoyo para la persona y del problema concreto que requiera tal apoyo.
Para explicar la relación entre el apoyo social y la salud se aplican 2 modelos diferentes (Roberto, 1997):
- El modelo del efecto directo, donde el apoyo social favorece directamente los niveles de salud, independientemente de los niveles de estrés del individuo; es decir, el apoyo social eleva el bienestar emocional y físico, o bien disminuye los efectos negativos en esas 2 esferas.
- El modelo del efecto amortiguador, donde el apoyo social protege a los individuos de los efectos patogénicos de los eventos estresantes; en este modelo el apoyo social permite a los individuos redefinir la situación estresante y afrontarla mediante estrategias no estresantes
La evidencia más fuerte de que el apoyo social está relacionado con la salud o la enfermedad proviene de estudios realizados en grandes poblaciones que demuestran que el apoyo social es protector contra la mortalidad por todas las causas (Bert, 2004)
Parece también que el apoyo social se asocia negativamente con la muerte cardiovascular y que protege contra los eventos recurrentes y la muerte entre las personas diagnosticadas con la enfermedad. Sin embargo, la relación predictiva entre los apoyos sociales y la incidencia de la enfermedad, específicamente la enfermedad cardiovascular, no ha sido concluyente e inconsistente, así como la que vincula el apoyo social al cáncer y otros resultados. El apoyo social se orienta principalmente a través de políticas sociales y familiares en lugar de intervenciones de salud.
¿Y cuales son las fuentes de apoyo social? Han sido propuestas diversas clasificaciones.
Pérez Bilbao citando a House (1981) propone una relación de nueve fuentes de apoyo social: esposo/a o compañero/a, otros familiares, amigos, vecinos, jefes o supervisores, compañeros de trabajo, personas de servicio o cuidadores, grupos de autoayuda y profesionales de la salud o servicios sociales.
Otras clasificaciones proponen la división de las redes de apoyo social en naturales (familia, amigos, compañeros de trabajo) y organizadas (grupos de ayuda mutua o asociaciones, voluntariado institucional, ayuda profesional). También se han clasificado en redes informales (aquellas más cercanas al individuo siendo la principal, la familia) y en redes formales (formadas por aquellos individuos pertenecientes a la red de cuidadores de servicios sanitarios y sociales).
Una herramienta para medir el Apoyo social
La Escala Oslo 3 es una medida del apoyo social percibido utilizada en estudios europeos. Tiene la gran ventaja que es de 3 ítems.
Este instrumento fue construido a partir del análisis de una muestra de 1717 adultos mayores de 17 años de diferentes vecindarios de Noruega (suburbano, industrial, rural y costero). Como medida del apoyo social percibido se utilizaron Inicialmente 12 preguntas que cubrían las relaciones sociales en ámbitos como la familia, los amigos y el vecindario. Se utilizó como criterio para la selección de los ítems la capacidad explicativa de estos sobre una medida de problemas de salud mental. A partir de una regresión lineal múltiple se seleccionaron los 3 ítems que más se asociaron con los problemas de salud mental (Dalgard y otros, 2006)
Esta escala está recomendada en el grupo técnico de estadísticas de salud y la encuesta europea de salud. La escala de apoyo social Oslo 3 forma parte de la lista ECHI (indicadores de salud de la Comunidad Europea) desde 2014 y está clasificado como un indicador de envejecimiento saludable, de desigualdades de salud, de riesgos de salud prevenibles, y de salud mental, dado que es un indicador que apunta a medir un factor de protección en tiempos de estrés.
Ventajas del uso de esta escala:
- Comparación internacional.
- Brevedad y rapidez del cuestionario.
- Posibilidad de relacionarse con otras variables como salud mental, discapacidades, dependencia, etc
El resultado de la escala es la suma de la puntuación de todas las preguntas. El rango va entre 3 y 14 puntos. Se clasifica de la siguiente manera:
- Entre 3 y 8: apoyo social pobre.
- Entre 9 y 11: apoyo social medio.
- Entre 12 y 14 apoyo social alto.
Si quieres más información psicomètrica de la escala y acceder al documento descargable puedes consultar el siguiente documento de nuestra web.
Bibliografía:
Estrella Durá, J.G. (1991). La teoría del apoyo social y sus implicaciones para el ajuste psicosocial de los enfermos oncológicos. Revista de Psicología Social, 6(2), 257-271. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/111762.pdf Pérez Bilbao, J., & Martín Daza, F. (2006). NTP 439: El apoyo social. Barcelona/Madrid. http://www.preventoronline.com/imagesbd/down/attach401.pdf Roberto Castro, L.C, & Hernández, B. (1997). La investigación sobre apoyo social en salud: situación actual y nuevos desafíos. Revista de Saúde Pública, 31, 425-435. https://www.scielosp.org/scielo.php?pid=S0034-89101997000400012&script=sci_arttext&tlng=es Bert N. Uchino, Social Support and Physical Health: Understanding the Health Consequences of Relationships, 2004 Yale University Press Umberson, D., & Montez, J. K. (2010). Social relationships and health: a flashpoint for health policy. Journal of health and social behavior, 51 Suppl(Suppl), S54–S66. doi:10.1177/0022146510383501. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3150158/ House, J. S. (1981). Work stress and social support. Reading, MA: Addison-Wesley. Dalgard, O. S., Dowrick, C., Lehtinen, V., Vazquez-Barquero, J. L., Casey, P., Wilkinson, G., ... & ODIN group. (2006). Negative life events, social support and gender difference in depression. Social psychiatry and psychiatric epidemiology, 41(6), 444-451. Villatoro S, P. (2012). La medición del bienestar a través de indicadores subjetivos: una revisión. Naciones Unidas. CEPAL. https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/4783/1/S1200595_es.pdf