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Instrumentos de valoración

Escala GDS y FAST: Herramientas cruciales en la gradación del Alzheimer

Las escalas GDS (Global Deterioration Scale) y FAST (Functional Assessment Staging) han emergido como instrumentos fundamentales en la comprensión y graduación de la enfermedad de Alzheimer. Desarrolladas por el neurólogo Barry Reisberg en las décadas de 1980 y 1985 respectivamente, estas escalas proporcionan una visión detallada de la progresión de la enfermedad, permitiendo una mejor comprensión de las necesidades específicas de tratamiento y cuidado en cada etapa.

Fundamentos de las Escalas GDS y FAST

La escala GDS, también conocida como la Escala de Deterioro Global abarca siete fases que van desde la normalidad (GDS 1) hasta la etapa más avanzada (GDS 7).

En el primer estadio, no hay evidencia de deterioro cognitivo, mientras que en el segundo se manifiesta una queja subjetiva de pérdida de memoria. La tercera etapa se corresponde con el deterioro cognitivo leve, caracterizado por olvidos leves, como la ubicación de objetos familiares o nombres conocidos. A medida que avanza la enfermedad, se llega a una fase de deterioro cognitivo moderado (GDS4), donde se evidencian dificultades para recordar palabras, nombres y pérdida de orientación en lugares no familiares. En el estadio 5, los pacientes tienen dificultades para elegir la ropa adecuada, mientras que en el estadio 6 requieren asistencia para actividades cotidianas y pueden presentar incontinencia. La fase grave (GDS7) se caracteriza por olvidar el nombre del cónyuge y depender totalmente del cuidador. Aunque puede reconocer a la familia, pueden surgir conductas delirantes. En la última etapa, los pacientes pierden habilidades psicomotoras básicas, como caminar, requieren asistencia para la alimentación y pierden la capacidad verbal.

Posteriormente, Reisberg introdujo la escala FAST en 1985, como un complemento a la GDS. La FAST divide las fases 6 y 7 de la GDS, destacando la progresiva pérdida de las funciones básicas (habilidades en el vestido, baño, control de esfínteres, habla y funciones motoras) para el mantenimiento de la vida diaria. Esta adición proporciona una perspectiva más detallada de la incapacitación funcional que acompaña al avance de la enfermedad.

La escala FAST, al detallar las fases finales con énfasis en la pérdida progresiva de funciones básicas, facilita una comprensión precisa de las necesidades de tratamiento y cuidado en situaciones de gran dependencia. Mientras que la GDS se centra en aspectos cognitivos, la FAST aporta una perspectiva funcional que complementa la evaluación clínica.

Utilidad Clínica de las Escalas GDS y FAST

La progresión del Alzheimer a menudo presenta un “efecto suelo”, donde las pruebas de evaluación cognitiva no pueden detectar cambios significativos debido a la incapacidad del paciente para realizar actividades requeridas en los exámenes. Es aquí donde las escalas GDS y FAST desempeñan un papel crucial al permitir una observación clínica del deterioro cognitivo y funcional.

Estas escalas no solo ayudan a definir cada fase del proceso clínico, sino que también ofrecen un marco amplio para graduar el deterioro más allá de los límites de las pruebas cognitivas convencionales. En las etapas iniciales, cuando las pruebas pueden no ser lo suficientemente sensibles, las escalas proporcionan criterios basados en la observación para identificar estadios previos a la demencia.

Validación Psicométrica de la Escala GDS en una Población de Habla Española en Lima:

Se han llevado a cabo numerosos estudios sobre las propiedades psicométricas de las escalas, centrándose específicamente en la GDS. Los resultados revelan una correlación significativa con el Mini-Mental, destacando su consistencia y validez. Además, se ha observado una fiabilidad excepcional tanto en las pruebas de repetición como en la evaluación entre diferentes evaluadores, con coeficientes que superan el umbral de 0,90 (Peña, Gramunt, y Gich, 2004).

En cuanto a la FAST, los estudios indican una fiabilidad superior a 0,85, así como una correlación sustancial con el Mini-Mental, cifrada en 0,87. La validez de la escala se ha respaldado adicionalmente mediante la confirmación de su ordinalidad mediante el escalograma de Guttman, evidenciando un alto coeficiente de escalabilidad de 0,98. Este último coeficiente refuerza la idea de que la escala mide una única dimensión de manera acumulativa, con rangos que varían de 0 a 1, siendo considerados aceptables a partir de 0.6 (Sclan y Reisberg, 1992).

Conclusiones

En conclusión, las escalas GDS y FAST son herramientas esenciales para entender la complejidad y variabilidad de la enfermedad de Alzheimer. Su capacidad para graduar el deterioro cognitivo y funcional, proporcionando un marco detallado de las diferentes fases, brinda a profesionales de la salud, familiares y cuidadores una guía valiosa para adaptar los cuidados a las necesidades específicas de cada etapa de la enfermedad. Estas escalas no solo son clasificaciones clínicas, sino también faros que iluminan el camino hacia una atención más informada y compasiva para aquellos afectados por el Alzheimer.

Si quieres más información psicométrica de la escala y acceder al documento descargable de la escala puedes consultar el siguiente documento de nuestra web (solo para asociados).

Bibliografía
REISBERG, Barry, et al. The Global Deterioration Scale for assessment of primary degenerative dementia. The American journal of psychiatry, 1982, vol. 139, no 9, p. 1136-1139.
Reisberg B, Ferris SH, Franssen E. An ordinal functional assessment tool for Alzheimer's-type dementia. Hosp Community Psychiatry. 1985 Jun;36(6):593-5. doi: 10.1176/ps.36.6.593. PMID: 4007814.
PEÑA, J.; GRAMUNT, N.; GICH, J. Test neuropsicológicos. 2004.
FORMIGA, Francesc; ROBLES, M. José; FORT, Isabel. Demencia, una enfermedad evolutiva: demencia severa. Identificación de demencia terminal. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 2009, vol. 44, p. 2-8. https://doi.org/10.1016/j.regg.2009.05.009 
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