Karina Espinoza (2012) en su artículo Sobrecarga, apoyo social y autocuidado en cuidadores informales, define la sobrecarga del cuidador como un conjunto de problemas físicos, mentales y socioeconómicos que sufren los cuidadores de personas enfermas, afectando sus actividades de ocio, relaciones sociales, amistades, intimidad, libertad y equilibrio emocional.
La sobrecarga es de carácter multifactorial, tal y como ya explicamos en una entrada anterior de este mismo blog, en la que se identifican también las principales áreas de sobrecarga que puede padecer el cuidador de enfermos de Alzheimer (relación existente entre el cuidador y el enfermo, el modo en que el familiar asume el rol de cuidador, el sexo y la edad, el tiempo como cuidador, la situación económica y la disponibilidad de recursos de ayuda y soporte).
Manuel Martín et al (1996) define 3 modelos conceptuales de análisis de la sobrecarga:
- El que relaciona la sobrecarga del cuidador con el tipo específico de deterioro y las necesidades del paciente, y según las dificultades que se presenten al resolverlas. En este modelo existe una correlación directa entre el deterioro del paciente y la sobrecarga que sufre el cuidador.
- El que utiliza instrumentos no específicos y mide en el cuidador dimensiones como calidad de vida, presencia de síndromes psicopatológicos, como ansiedad o depresión, etc.
- El que se deriva de la teoría general del estrés, donde el cuidador debe enfrentarse a determinados estresores, y su respuesta a los mismos se ve mediada por procesos psicológicos, especialmente por el impacto emocional ante dichos factores, y la posibilidad, o no, de utilización de soporte sociofamiliar y de estrategias de manejo.
Es en este último enfoque en que Steven H. Zarit (1980), estudió los factores que contribuían a los sentimientos de sobrecarga de los cuidadores de ancianos con demencia senil. En su investigación halló que la carga de los cuidadores era menor cuando otros familiares realizaban más visitas al paciente con demencia. La gravedad de los problemas de conducta no se asoció con mayores niveles de carga. Los resultados sugirieron la importancia de brindar apoyo a los cuidadores como un elemento clave en la intervención con éstos.
En su estudio crearon un cuestionario autoadministrado de 29 preguntas, que posteriormente acabó siendo de 22 cuestiones. Éste se administró al cuidador principal durante la entrevista de evaluación. Las preguntas se seleccionaron en función de la bibliografía y de la experiencia clínica con los cuidadores, y cubrían las áreas mencionadas con mayor frecuencia por los cuidadores como problemas (salud del cuidador, bienestar psicológico, situación económica, relaciones sociales, relación entre el cuidador y la persona discapacitada). El cuidador indicaba el malestar que le causaban estos problemas al puntuar en una escala de Likert con respuestas de 1 a 5.
Con el tiempo se crearon varios modelos de escala de Zarit (EZ). La más extendida es la de 22 ítems con puntuación de 1 a 5. Esta es la que el artículo de Martín se validó. En el estudio, la EZ se administró por el mismo profesional, un trabajador social con experiencia en psicogeriatría.
En este estudio se encontraron los siguientes puntos de corte:
- Ausencia de sobrecarga: ≤46 puntos
- Sobrecarga ligera: 47-55 puntos
- Sobrecarga intensa: ≥56
Las propiedades psicométricas de la EZ versión española son:
- Fiabilidad (Índice de Kappa: 0,91). Muy elevada
- Consistencia interna (Crombach 0,87). Adecuada
La escala de Zarit reducida
En 2005, Gort et al, se plantearon una reducción del número de ítems de la EZ dado que podría beneficiar tanto al cuidador como al responsable sanitario.
El estudio se realizó con 61 cuidadores de enfermos paliativos ingresados en el hospital. Para realizar la reducción de la escala se combinaron tres procedimientos distintos:
- Un primer estudio teórico consistió en un consenso de expertos para la identificación de las dimensiones de personalidad analizadas por cada pregunta de la EZ.
- Dos estudios estadísticos para determinar el conjunto de ítems válidos en la escala reducida.
La conclusión de este estudio presentó una reducción de la EZ a 7 ítems para cuidados paliativos con una sensibilidad y especificidad del 100%.
Los campos explorados con los 7 ítems de la EZ reducida son: sobrecarga (3, 9 y 22), autocuidado (2-10) y pérdida de rol social o familiar (6-17).
En este estudio se encontraron los siguientes puntos de corte:
- Ausencia de sobrecarga ≤16 puntos
- Sobrecarga intensa ≥17 puntos
Posteriormente, Regueiro et al (2007) determinó que la EZ reducida utilizada en cuidados paliativos es una buena herramienta para detectar la sobrecarga del cuidador en el ámbito de la atención primaria.
En definitiva, ambas escalas están validadas para su uso en atención primaria.
Si quieres más información psicométrica de la escala y acceder al documento descargable puedes consultar el siguiente documento (para la Escala de Zarit) o bien este otro (para la Escala de Zarit reducida) de nuestra web (solo para asociados).
Bibliografía
Espinoza Miranda, Karina, & Jofre Aravena, Viviane. (2012). SOBRECARGA, APOYO SOCIAL Y AUTOCUIDADO EN CUIDADORES INFORMALES. Ciencia y enfermería, 18(2), 23-30. https://dx.doi.org/10.4067/S0717-95532012000200003
Martın, M., Salvadó, I., Nadal, S., Miji, L. C., Rico, J. M., Lanz, P., & Taussig, M. I. (1996). Adaptación para nuestro medio de la Escala de Sobrecarga del Cuidador (Caregiver Burden Interview) de Zarit. Rev Gerontol, 6, 338-346.
Zarit SH, Reever KE, Bach-Peterson J. Relatives of the impaired elderly: correlates of feelings of burden. Gerontologist. 1980 Dec;20(6):649-55. doi: 10.1093/geront/20.6.649. PMID: 7203086.
Gort, A. M., March, J., Gómez, X., de Miguel, M., Mazarico, S., & Ballesté, J. (2005). Escala de Zarit reducida en cuidados paliativos. Medicina Clínica, 124(17), 651–653. doi:10.1157/13074742
Martínez, A. Á. R., Pérez-Vázquez, A., Villabona, S. M. G., & Cruz, M. C. F. (2007). Escala de Zarit reducida para la sobrecarga del cuidador en atención primaria. Atención primaria, 39(4), 185-188.