El confinamiento que hemos vivido en los últimos meses ha provocado un incremento de situaciones de estrés y ansiedad, entre otras. También se ha observado un aumento de un 25% de personas que sufren un trastorno de conducta alimentaria (TCA) debido a un cambio de rutinas y a tratamientos interrumpidos por el cierre domiciliario.
Los TCA pueden surgir en cualquier edad, siendo la adolescencia la etapa de más riesgo para padecer estas enfermedades. La incidencia más alta de los TCA se produce entre los 12 y los 18 años, a pesar de que cada vez existen más casos que tienen su inicio en una edad alrededor de los 8 o 9 años.
En España, los últimos estudios han coincidido con una tasa de prevalencia de estos tipos de trastornos en la adolescencia entre el 4,1 y el 4,5% en edades que van de los 12 a los 21 años.
En general, y como uno de los factores de riesgo, se considera que ser mujer, adolescente y practicar algún deporte de alta exigencia estética (ballet, atletismo o natación sincronizada, entre otros) puede ser el perfil más propenso a desarrollar un TCA. Destaca la baja proporción de hombres (un hombre por cada nueve mujeres) con trastorno de conducta alimentaria.
Factores de riesgo
La presión social por perder peso, las redes sociales, la necesidad de ser aceptadas y la preocupación por un ideal estético delgado asociado al éxito social, familiar y profesional, podrían ser factores que expliquen el aumento de los TCA en mujeres jóvenes.
Factores de protección
Podemos distinguir tres tipos de factores:
- El personal, en el cual es importante tener en cuenta la buena autoestima, la autonomía personal o las habilidades sociales.
- El familiar, a tener un buen soporte tanto por parte del núcleo de convivencia como de la familia extensa, a la comunicación emocional adecuada y a la forma de relacionarse dentro del domicilio.
- El social, en el cual se habla de la integración y aceptación entre el grupo de iguales y al reconocimiento del mismo. También hace referencia al contexto y el entorno del menor.
¿Cómo identificar el trastorno?
Aunque ya hemos explicado anteriormente que el TCA tiene un origen multifactorial, a continuación, vamos a ver algunos ejemplos sencillos de cómo poder identificar si una persona está desarrollando un TCA.
- En relación a la alimentación: estado de preocupación constante por la comida o sentimiento de culpa después de haber comido.
- En relación al peso: pérdida de peso injustificada o miedo y rechazo exagerado al sobrepeso.
- En relación a la imagen corporal: percepción errónea del propio cuerpo o intentos de esconder el cuerpo con ropa ancha, por ejemplo.
- En relación al comportamiento: aislamiento, aumento de irritabilidad, tristeza, ansiedad o cambios de humor repentinos.
¿Cuál es el papel o el rol del TSS en los pacientes diagnosticados de TCA?
El rol del TSS, como el del resto del equipo, está integrado en el plan terapéutico. La aparición de esta enfermedad genera un alto impacto en las relaciones familiares y, por tanto, es muy importante intervenir en los momentos más complejos para la familia y, así, poderlos guiar ofreciéndoles un espacio.
Desde el inicio de la intervención, es importante conocer a los miembros de la familia que conviven con el/la joven y al propio afectado. Es fundamental prestar mucha atención a la calidad de la relación, dejando de lado el modelo de “experto”. El objetivo de la intervención es acompañar a las familias en el proceso de adaptación que tienen que llevar a cabo a raíz de la enfermedad del/la joven, teniendo en cuenta el tratamiento y utilizando todos los recursos personales y materiales para mantener y mejorar la autoestima. Es imprescindible trabajar para favorecer la expresión de las emociones, facilitando un espacio de comunicación adecuado para todos los miembros. Y asimismo, promover la reflexión sobre la manera de relacionarse entre ellos, reforzando los vínculos principalmente.
¿En qué puede ayudar el Trabajo Social Sanitario?
La intervención de trabajo social sanitario en este proceso pretende reducir el estrés y conseguir un ambiente familiar lo más saludable posible. Por eso, el TSS apoyará y acompañará durante todo el proceso de la enfermedad, identificando e influyendo en los factores de riesgo que cada situación pueda presentar, tanto sociales como culturales (conflictos familiares o elementos del entorno que puedan incidir negativamente en la evolución fluida y en el proceso de recuperación de la enfermedad). Todas estas acciones están consensuadas en equipo e integradas en el plan terapéutico del paciente, por lo tanto, es importante compartir la responsabilidad del caso y las decisiones con todo el equipo.
El foco en los pacientes
A pesar que, habitualmente, se tiende a pensar que la intervención de trabajo social se basa únicamente en paliar las dificultades económicas, el rol del trabajo social sanitario es mucho más amplio. Las causas del diagnóstico y los diferentes elementos que desencadenan el malestar familiar son multifactoriales. Por tanto, es importante poder hacer un abordaje de todo el contexto familiar. En cuanto a la intervención directa con el paciente es importante poder crear un vínculo y un plan de futuro realizando intervenciones con objetivos concretos y semanales. De esta manera se puede conocer la globalidad del paciente y con ello realizar una posible intervención con la familia posterior.
El foco en la familia
En primer lugar, es importante poder hablar de la confianza epistémica, es decir, el poder comunicar el conocimiento compartido en la infancia y que las familias entiendan lo que se les está comunicando.
Como profesionales, tendremos que estar alerta para intentar descongestionar o desactivar aquellos elementos que pueden estar influyendo en la atención de la enfermedad por parte de la familia (como por ejemplo: otras enfermedades, preocupaciones económicas, carencia de relación relacional y de apoyo, barreras culturales, etc.).
El trabajador social sanitario tiene que estar preparado para gestionar aquellos conflictos familiares subyacentes que surgen con la aparición del trastorno, o confirmar la implementación de medidas destinadas a la protección: no podemos obviar la exploración de posibles situaciones de riesgo, a menudo camufladas.
En ocasiones es útil promover nuevas organizaciones y dinámicas más adecuadas en ese momento y poner especial atención al cuidador principal (que tiene un riesgo de desgaste) y los hermanos (que a menudo pasan a un plano secundario).
Si nos referimos al contexto del trabajo en equipo, el trabajador social sanitario colabora en informar a la familia sobre la enfermedad y en orientar sobre los tipos de conductas que son adecuadas de realizar con la persona que sufre el TCA.
También se orienta sobre los recursos existentes dirigidos a la persona afectada que lo ayuden a realizar actividades alternativas en momentos críticos de la enfermedad. En esta fase las actividades lúdicas juegan un papel fundamental.
Es necesario reseñar que debido al COVID19, el tener que limitar y cerrar todas las actividades extraescolares ha provocado que se tengan que buscar nuevas estrategias en los menores. Es importante que todos los menores tengan actividades lúdicas que les motiven y que les permitan desconectar en cierta manera de las preocupaciones. A raíz del cierre de estas actividades se han tenido que buscar otras maneras para encontrar la motivación por el objetivo.
Por último, la intervención del trabajador social no se sitúa únicamente en el momento en que el paciente está en tratamiento. La intervención social puede ser: previa a un tratamiento, anterior a un ingreso hospitalario, durante un ingreso hospitalario o en el transcurso de un tratamiento ambulatorio. En cada uno de estos momentos la intervención social puede responder a necesidades diferentes.
Bibliografía
Casal, A; Vallve, M; Segura, P; Olivas; A; Serrano, C; Martínez, L; Reina, V; Caba, R; Ruiz, M (2016) Actualització Monogràfic 2 (2001) “Intervenció de Treball Social en Salut Mental”. Colegio Oficial de Treball Social de Catalunya: Barcelona.
Hospital Sant Joan de Déu. Faros (2021). “Una mirada a la salut mental dels adolescents. Claus per entrendre’ls i acompanyar-los”. https://www.sjdhospitalbarcelona.org/es/sant-joan-deu-atiende-un-47-mas-urgencias-salud-mental-primer-trimestre-2021