Los trabajadores sociales sanitarios nos encontramos que, en muchas ocasiones, las personas enfermas nos traen sus informes médicos. ¿Somos capaces de entenderlos?
La terminología médica es una jerga con la cual todos los profesionales que trabajan en el ámbito sanitario deben estar familiarizados.
El diccionario de la Real Academia Española define terminología como el Conjunto de términos o vocablos propios de determinada profesión, ciencia o materia (1), y cada uno de estos términos debe poseer un significado único aceptado por la comunidad científica.
La utilización de la terminología médica tiene las siguientes finalidades:
- expresar en términos precisos los complejos conceptos e ideas del mundo de la Medicina
- compartir información entre diferentes profesionales sin tener que repetir pruebas o de reinterrogar a las personas.
- facilitar la facturación precisa a las compañías de seguros
Si nos encontramos con un informe médico como el de la siguiente imagen. ¿Somos capaces de entenderlo todo?
Vamos a leerlo con calma.
Las primeras siglas que nos encontramos son fáciles: IQ, que significa, intervención quirúrgica. Siempre veremos esta parte en los “Antecedentes Relevantes” o “Antecedentes Personales” del paciente que, en el caso que se nos presenta, no existen.
Habitualmente, en este apartado se indican aquellos datos de la persona que puedan resultar de interés, como: “alergias, enfermedades crónicas, consumo de sustancias, enfermedades previas, intervenciones quirúrgicas, hospitalizaciones previas, antecedentes epidemiológicos, etc. También hay que mencionar los antecedentes familiares en caso de ser relevantes, como enfermedades genéticas o causas de la muerte de los padres” (2)
El siguiente apartado del informe es la “Enfermedad actual”, que viene a ser el motivo por el que consulta la persona. En nuestro caso se trata de una mujer que hace unos años inició síntomas que acabaron con el diagnóstico de Alzheimer. El primer vocablo raro son las siglas IACE’s, que como explica que “se inició”, da la pista que tenga que ver con alguna terapia. ¿Pero sabemos de qué se trata? Los IACE’s son uno de los dos tratamientos farmacológicos específicos que hay para tratar los sintomas de la demencia tipo Alzheimer: los inhibidores de la enzima acetilcolinesterasa (os sonaran los principios activos donepezilo, rivastigmina y galantamina). El otro tratamiento farmacológico actual para la enfermedad de Alzheimer es un antagonista no competitivo de los receptores de N-metil D-Aspartato (NMDA), y su principio activo es la memantina. (3)
Las siguientes siglas son fáciles: TC. Significa tomografía computerizada, también conocido como TAC (tomografía axial computerizada). Como ya sabéis, es un tipo de exploración que utiliza rayos X para crear imágenes detalladas de los huesos, el tejido y los vasos sanguíneos. Es un procedimiento rápido, indoloro y no invasivo realizado por un radiólogo (4)
Y más adelante, aun en el apartado de enfermedad actual, la paciente fue valorada para un ensayo clínico, pero “fue fallo de cribado”, manera fina de decir que no tenía criterios, por “baja puntuación de MMSE (16/30)”. Ciertamente podemos pensar que se trate de algún test por las cifras entre paréntesis, dado que la primera nos muestra el resultado obtenido, y la segunda el máximo posible en ese test.
El MMSE o Mini-Mental State Examination es una prueba escrita con una puntuación máxima de 30, en la que las puntuaciones inferiores indican problemas cognitivos más graves. El punto de corte establecido para el MMSE define la función cognitiva “normal” y generalmente se fija en 24. El intervalo entre 12 y 24 puntos se considera deterioro cognitivo. Hay que tener en cuenta que el MMSE el MMSE no resulta sensible para la valoración del síndrome disejecutivo (5) (conocido también como síndrome prefrontal) on en pacientes con alto nivel de instrucción (6).
Desconocemos el motivo del fallo de cribado de la paciente del informe, pero posiblemente sea debido a la baja puntuación del test.
Posteriormente habla de la parte funcional y cita algunas actividades como: “prepararle la medicación, revisarle la ropa”. Luego dice “AVD básicas conservadas”
La capacidad funcional como tal, incluye las Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD), las Actividades Instrumentales de la Vida Diaria (AIVD) y las Actividades Avanzadas de la Vida Diaria (AAVD). Éstas presentan una relación jerárquica, en términos de cómo se ven afectadas en el envejecimiento, perdiéndose primero las avanzadas, luego las instrumentales y finalmente las básicas (7). En nuestro caso, la paciente ha empezado a perder las instrumentales (control de medicación, y control de la ropa), pero aún tiene las básicas conservadas.
Si pasamos al apartado de “Exploración”, nos vuelve a constar el resultado actual del MMSE, que se mantiene estable respecto al del año 2017. Luego nos hace constar:
- IDDD: 53 (16+37).
La IDDD (8) es la Escala para el deterioro de las actividades de la vida diaria en la demencia, que en ingles corresponde a sus siglas (Interview for deterioration in Dalfy living Activities in Dementia). Esta escala es específica para demencias y evalúa tanto actividades instrumentales como básicas, y consta de 33 ítems, 16 de ellos para actividades básicas y 17 para actividades complejas. Su rango de puntuación va de 33 (no deterioro funcional) a 99 (dependiente), siendo el punto de corte >36. Por tanto, nos encontramos ante una persona que aún puede funcionar en la vida diaria (de hecho aún vive sola).
Por último, nos encontramos la referencia al:
- GDS-FAST = 5.
La escala GDS de Reisberg se publicó en los años 80. En nombre original en inglés es Global Deterioration Scale, es decir, escala de deterioro global. La desarrolló el neurólogo americano Barry Reisberg. La escala GDS contempla 7 fases en las que se define el continuo progreso de la evolución de la enfermedad. Estas fases van de la fase de normalidad (GDS 1) a la etapa más grave (GDS 7).
El mismo Dr. Reisberg, publicó unos años después la escala FAST (del inglés Functional Assessment Staging, en castellano: estadiaje de la evolución funcional). Esta escala aporta a la GDS una división de las fases 6 y 7 reflejando la progresiva incapacidad de la persona enferma para el mantenimiento de las actividades básicas de la vida diaria, ayudando a definir, de forma precisa, las necesidades de tratamiento, atención y cuidado derivadas de la dependencia que provoca la enfermedad.
¿Lo sabías todo? ¡Supongo que no! Porque hasta yo he aprendido cosas haciendo esta entrada. Si os gusta, seguiremos comentando otros informes. Y si piensas que no sabes suficiente sobre la demencia, puedes apuntarte a nuestra formación.
Bibliografia
1. https://dle.rae.es/terminolog%C3%ADa
2. Estopà, R. (2020). L'informe mèdic: com millorar-ne la redacció per facilitar-ne la comprensió. Fundación Dr. Antoni Esteve.Disponible en: https://www.esteve.org/capitulos/linforme-medic-com-millorar-ne-la-redaccio-per-facilitar-ne-la-comprensio/
3. https://www.nia.nih.gov/espanol/medicamentos-enfermedad-alzheimer
4. https://www.radiologyinfo.org/es/info/headct#d52200988198494aaf3c5749ad967ddc
5. Vicente-Alba P, Moreno-Carretero MJ , San Millán-Tejado B, Outomuro-Pérez JM . Variante conductual de la demencia frontotemporal como forma de presentación de la degeneración corticobasal. Rev Neurol 2018;67 (11):436-440. https://www.neurologia.com/articulo/2018196
6. Aparicio, M. E., Dively, M. P., García, F. G., Martín, A. P., Rizos, L. R., Ferrer, G., ... & Ayala, I. S. (1999). Validación del MMSE de Folstein en una población española de bajo nivel educativo1. Revista española de geriatría y gerontología: Organo oficial de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, 34(6), 319-326. https://www.elsevier.es/es-revista-revista-espanola-geriatria-gerontologia-124-articulo-validacion-del-mmse-folstein-una-13011685
7. Lara Jaque, Roxana Alejandra, López Espinoza, Miguel Ángel, Espinoza Lavoz, Elena del Carmen, & Pinto Santuber, Cecilia. (2012). Actividades Instrumentales de la Vida Diaria en Personas Mayores atendidas en la red de Atención Primaria de Salud en la comuna de Chillán Viejo-Chile. Index de Enfermería, 21(1-2), 23-27. https://dx.doi.org/10.4321/S1132-12962012000100006
8. Villarejo, A., & Puertas-Martín, V. (2011). Utilidad de los test breves en el cribado de demencia. Neurología, 26(7), 425-433. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0213485310003312